¡Alerta! Y pasaron ya dos horas desde las doce…
¡Alerta!
El milagro aún es esperado a las 14, hora de este poema
que escribo vivito y coleando.
Y pasaron ya dos horas desde las doce
del día doce, del mes doce, del año doce.
Pero tengo miedo de abrir la puerta y que por ella se meta la profecía
y mirar al reloj con sus polos cambiados y al tiempo con las aletas de la noche eterna.
Me toco y no lo creo…
Vengo del cementerio y no hay tumbas abiertas,
las aguas siguen bajando por el inodoro y no a la inversa
¡Ay y con temor de sacrilegio desenterré el libro sagrado!
Que no se entere el diablo escondido en la sumergida Atlántida
Y que no me lluevan las maldiciones del rey maya traicionado…
Me toco y no lo creo…
Me encuentro en el día aborrecido por el escrito de las galactitas,
mi temperatura: 36° C.,
mi computadora se olvidó de la fecha y siguió funcionando.
Me toco y no lo creo
porque sigue el misterio que ya me fue aclarado:
Parece que hoy no es miércoles y que en el contar se fugó una jornada
y que el año, según un gurú de la cueva olvidada en la que quedó el asteroide,
es un millón de años menos de lo pensado
¡Ay del mundo y de la civilización!
El fin está pronosticado para el 1.000. 2012… ¡Ay de mí!
Ernesto Kahan (no sé para qué registro si todo se va al carajo)…
jueves, 13 de diciembre de 2012
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