viernes, 2 de julio de 2010

PLATERO Y YO

Una aproximación a la inmortal obra de JUAN RAMÓN JIMÉNEZ en el 125 aniversario de su nacimiento y en los 50 años de la concesión del premio Nobel de Literatura.
Juan Ramón escribió PLATERO Y YO en prosa poética y la publicó en 1917 aunque llevaba varios años escribiéndola.
Es una mezcla de realidad y fantasía en la que el autor va contando las aventuras que le suceden con un borriquillo pequeño, peludo, suave…

A continuación podrás descubrir algunos fragmentos de “PLATERO Y YO”.

Platero es pequeño, peludo, suave: tan blando por fuera que se diría todo de algodón, que no lleva huesos.
Sólo los espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos escarabajos de cristal negro.
Lo dejo suelto, y se va al prado, y acaricia tibiamente con su hocico, rozándolas apenas, las florecillas rosas, celestes y gualdas…
Lo llamo dulcemente: “Platero”… y viene a mi con trotecillo alegre que parece que se ríe…
Come cuanto le doy. Le gustan las naranjas, las mandarinas, las uvas moscateles, todas de ámbar; los higos morados, con su cristalina gotita de miel…
En un arroyo grande nos encontramos atascada una vieja carreta, perdida toda bajo su carga de yerba.
Una niña lloraba sobre una rueda queriendo empujar para sacar a la carreta ayudando al borricuelo, más pequeño, ¡ay! Y mas flaco que Platero.
Acaricié a Platero y, como pude, lo enganché a la carretilla. Entonces, con un tirón, Platero sacó carreta y rucio del atolladero y les subió la cuesta.
¡Qué sonreír el de la chiquilla!. Fue como si el sol de la tarde le encendiese una aurora tras sus tiznadas lágrimas.
Platero, ella se iba en aquel tren negro y soleado que, por la vía alta, cortándose sobre los nubarrones blancos, huía hacia el Norte.
Y las nubecitas de vapor celeste entristecían un momento el sol y las flores, rodando vanamente hacia la nada…
Entre los niños, Platero es de juguete. ¡Con qué paciencia sufre sus locuras! ¡Cómo va despacito, deteniéndose, para que no se caigan! ¡Cómo los asusta iniciando, de pronto, un trote falso!...
He parado a Platero en la vuelta del camino. He gritado contra las rocas con todas mis fuerzas…. ¡¡¡Platero!!!.
La roca, con respuesta seca, endulzada por el contagio del agua próxima, ha dicho… ¡¡¡Platero!!!.
Platero me ha mirado, ha mirado a la roca y, remangando el labio, ha lanzado un interminable rebuzno…
Les dije a las niñas que aquella carrera la había ganado Platero y que era justo premiarlo de algún modo.
Entonces, cogiendo un poco de perejil hice una corona y se la puse en la cabeza…
Encontré a Platero echado en su cama de paja, blandos los ojos y tristes. Fui a él, lo acaricié hablándole y quise que se levantara…
El pobre se removió… No podía…
A mediodía, Platero estaba muerto…
Por la cuadra en silencio revoloteaban mariposas de tres colores…
Esta tarde he ido con los niños a la tumba de Platero, que está en el huerto de la Piña, al pie del pino redondo.
¡Platero, amigo! –le dije yo a la tierra- : si estás ahora en un prado del cielo y llevas angelitos sobre tu lomo, ¿me habrás olvidado, Platero?.
Dime, ¿te acuerdas aún de mi?
Y, como contestando a mi pregunta, una leve mariposa blanca revoloteaba insistentemente a mi alrededor, igual que un alma, de lirio en lirio…
Esta presentación es un homenaje al autor de PLATERO Y YO en el 125 aniversario de su nacimiento y forma parte de un material didáctico sobre su vida y su obra.

martes, 29 de junio de 2010

SADE En el Senado de la Nación

En el marco de los Festejos del Bicentenario de la Patria, integrantes de la Sociedad Argentina
De Escritores: Beatriz Valerio y Roque Alcides Azamor, de Campana, y Fernando Azamor, de Zárate,
entregaron su arte a la “Antología poética 3+1- Poesía del Bicentenario”.
Esta Antología fue presentada el miércoles 23 de junio en el Salón Auditorio del Edificio Alfredo L. Palacios,
en el Senado de la Nación.
Una vez más se ha destacado el mérito de nuestros escritores, y pone el nombre y prestigio de la entidad en
altos niveles de la cultura nacional.
Beatriz Valeri